Las estructuras metálicas están expuestas a condiciones climáticas extremas, humedad, radiación solar y contaminantes químicos. Estos factores aceleran procesos de oxidación, debilitando la estructura con el tiempo.
Para garantizar la durabilidad de las superficies metálicas, es fundamental realizar un tratamiento previo que incluya limpieza mecánica o abrasiva, desengrasado y preparación adecuada para la adherencia de pinturas industriales especializadas.
Las pinturas industriales no solo cumplen una función estética, sino que forman una barrera protectora contra agentes corrosivos. Entre las más comunes están las epóxicas, las poliuretánicas y los sistemas bicapa, cada una diseñada para condiciones específicas de exposición.
El éxito de una restauración depende de la correcta elección del recubrimiento, el espesor aplicado, los tiempos de curado y la técnica utilizada (brocha, rodillo o aplicación por aspersión).